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¿Por qué me cuesta tanto tomar decisiones?
Tomar decisiones es parte de nuestra vida diaria, pero muchas veces podemos sentirnos paralizados ante la idea de elegir. Ya sea por miedo a equivocarnos, por inseguridad o por la presión de las expectativas, la duda se apodera de nosotros. Esto puede generar frustración, ansiedad y, en ocasiones, nos impide avanzar hacia los planes que Dios tiene para nuestra vida. ¿Te has sentido así alguna vez? ¿Por qué parece tan difícil tomar decisiones importantes?
Reflexionemos
La indecisión puede tener varias causas. En algunos casos, proviene del miedo a las consecuencias; en otros, es la falta de claridad sobre lo que realmente queremos o necesitamos. Pero lo más importante que debemos recordar es que no tenemos que tomar decisiones por nuestra cuenta. Dios está dispuesto a guiarnos y darnos la sabiduría que necesitamos. En Santiago 1:5 (NTV) leemos una promesa que nos ofrece gran alivio: «Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y Él se la dará; no los reprenderá por pedirla.»
Este versículo nos recuerda que, cuando nos sentimos abrumados por la indecisión, podemos acudir a Dios en busca de dirección. No necesitamos tener todas las respuestas por nosotros mismos. Dios, en Su generosidad, está dispuesto a darnos la sabiduría que nos falta. Él no se enoja ni se frustra con nuestras dudas; al contrario, está listo para guiarnos cuando pedimos Su ayuda.
Muchas veces, intentamos tomar decisiones por nuestra cuenta, confiando en nuestra lógica o en lo que los demás nos aconsejan. Aunque el consejo sabio de personas de confianza puede ser útil, nada se compara con la guía divina. Dios conoce el futuro y las repercusiones de nuestras elecciones. Él desea que tomemos decisiones en línea con Su voluntad para nuestras vidas, y cuando le pedimos sabiduría, podemos estar seguros de que Él nos la dará.
Además de pedir sabiduría, también debemos confiar en el tiempo de Dios. A veces, la indecisión surge porque queremos respuestas inmediatas. Queremos que todo sea claro de forma instantánea, pero Dios nos enseña a ser pacientes y a confiar en Su plan. Él abre puertas en el momento perfecto y nos guía cuando confiamos en Su proceso. Así que, en lugar de permitir que la duda te paralice, acércate a Dios en oración, pídele sabiduría y confía en que Él te guiará hacia la decisión correcta en Su tiempo perfecto.
Oremos:
Amado Padre, hoy me encuentro con dudas y lucho para tomar decisiones importantes. Me siento abrumado y no sé qué camino elegir, pero confío en que Tú tienes la sabiduría que necesito. Te pido que me des claridad para discernir Tu voluntad y que me guíes en cada paso que dé. Perdóname por las veces en que he intentado resolver las cosas por mí mismo sin buscar Tu dirección. Hoy pongo mis decisiones en Tus manos, confiando en que me guiarás por el camino correcto. En el nombre de Jesús oramos, ¡Amén!
Tómate unos minutos para reflexionar en lo que acabaste de leer y piensa en todo lo que Dios puede hacer por ti. Luego de eso, haz la siguiente oración:
Oración de Fe:
Señor Jesús, hoy entrego mis decisiones en Tus manos, confiando en que Tú me guiarás con sabiduría. Sé que no tengo que enfrentar mis dudas solo, porque en Ti encuentro dirección y paz. Te acepto como mi Señor y Salvador. En el nombre de Jesús oramos, ¡Amén!