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¿Por qué permito que cosas inútiles consuman tanto mi tiempo?
En la vida diaria, es fácil caer en hábitos o actividades que no nos edifican, pero que parecen ocupar cada vez más espacio en nuestra rutina. Redes sociales, series interminables, juegos o cualquier distracción pueden convertirse en adicciones que nos roban tiempo y energía. Sabemos que estas cosas no nos acercan a Dios ni a nuestros propósitos, pero, aun así, luchamos por dejarlas. ¿Te has preguntado por qué es tan fácil caer en estas distracciones? ¿Cómo puedes recuperar el control de tu tiempo y dedicarlo a lo que realmente edifica?
Reflexionemos
La adicción a las distracciones puede parecer inofensiva al principio, pero con el tiempo, nos damos cuenta de que nos están alejando de lo que realmente importa: nuestra relación con Dios, nuestras metas y nuestro crecimiento personal. La Palabra de Dios nos advierte sobre esto en Efesios 5:15-16 (NTV): «Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios, sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos.»
Este versículo nos llama a ser conscientes de cómo usamos nuestro tiempo. Nos recuerda que debemos vivir con sabiduría, aprovechando cada oportunidad para hacer lo correcto, ya que el tiempo es limitado. Las distracciones y adicciones no nos permiten aprovechar bien el tiempo; en cambio, nos mantienen ocupados en lo superficial y nos alejan de nuestro propósito. Si pasamos demasiado tiempo en actividades que no edifican, estamos desperdiciando oportunidades valiosas para crecer espiritualmente, aprender, servir a otros y cumplir con los planes que Dios tiene para nosotros.
El primer paso para liberarnos de las cosas que consumen nuestro tiempo es reconocer que necesitamos cambiar. Estas adicciones a menudo nos prometen satisfacción temporal, pero nos dejan vacíos y sin dirección. Dios, en cambio, nos ofrece una vida plena y con propósito. El Salmo 90:12 (NTV) dice: «Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para que crezcamos en sabiduría.» Este es un llamado a reflexionar sobre cómo usamos nuestro tiempo, sabiendo que nuestra vida es breve y que cada día cuenta.
Si te encuentras atrapado en actividades que no te edifican, es hora de pedirle a Dios que te ayude a redirigir tu enfoque. Pídele que te dé la sabiduría para discernir cómo invertir tu tiempo en cosas que te acerquen a Él y a tus propósitos. Esto no significa que no puedas disfrutar de momentos de descanso o entretenimiento, pero sí implica que debemos ser intencionales con nuestras prioridades, asegurándonos de que lo que hacemos edifique nuestra vida y nuestra relación con Dios.
Oremos:
Amado Padre, reconozco que he permitido que cosas inútiles consuman mi tiempo y me alejen de Ti y de los propósitos que tienes para mí. Te pido perdón por no haber sido consciente de cómo uso mi tiempo y por caer en hábitos que no me edifican. Hoy te pido sabiduría para discernir lo que realmente importa y para dedicar mi tiempo a cosas que me acerquen a Ti. Dame la fuerza para romper con las adicciones que me roban energía y tiempo. Enséñame a vivir con sabiduría y a aprovechar cada oportunidad que me das. En el nombre de Jesús oramos, ¡Amén!
Tómate unos minutos para reflexionar en lo que acabaste de leer y piensa en todo lo que Dios puede hacer por ti. Luego de eso, haz la siguiente oración:
Oración de Fe:
Señor Jesús, hoy te entrego todo lo que consume mi tiempo y que no me edifica. Ayúdame a dejar atrás esos hábitos que me alejan de mis propósitos y de Ti. Confío en que, al caminar contigo, encontraré la paz y la dirección que necesito. Te acepto como mi Señor y Salvador. En el nombre de Jesús oramos, ¡Amén!