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¿Por qué siento tanta ansiedad?
La ansiedad puede convertirse en un compañero indeseado en nuestra vida. Esa sensación de preocupación constante, de miedo al futuro o de inseguridad frente a lo que no podemos controlar, roba nuestra paz y nos llena de inquietud. Es como un peso que no logramos soltar, que nos agobia y nos impide disfrutar del presente. ¿Te has preguntado por qué la ansiedad sigue presente en tu vida? ¿Cómo puedes liberarte de ella y encontrar paz?
Reflexionemos
La ansiedad nos hace sentir como si lleváramos una carga demasiado pesada para soportarla. Sin embargo, Dios nos da una promesa de alivio en Su Palabra. En 1 Pedro 5:7 (NTV), leemos: «Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de ustedes.» Este versículo nos ofrece una salida clara: no tenemos que cargar con nuestras preocupaciones, porque Dios está dispuesto a recibirlas. Él nos ama profundamente y está interesado en cada aspecto de nuestras vidas, incluidas nuestras luchas internas.
Cuando intentamos resolverlo todo por nuestra cuenta, la ansiedad solo crece. Nos preocupamos por el futuro, por lo que no podemos controlar, por los problemas que enfrentamos a diario. Pero Dios nos llama a depositar todas esas ansiedades en Sus manos. Él nos invita a confiar en Su cuidado, a dejar de lado nuestros miedos y a recordar que no estamos solos. Dios está con nosotros, y Su amor es más grande que cualquier preocupación que podamos tener.
El desafío es aprender a soltar el control. Nuestra naturaleza humana nos lleva a intentar manejar todo por nosotros mismos, pero eso solo aumenta la presión. En lugar de eso, Dios nos dice que depositemos nuestras cargas en Él, que confíemos en que Él tiene el control y que podemos descansar sabiendo que Él cuida de nosotros. No se trata de ignorar nuestras responsabilidades, sino de aprender a confiar en que Dios está presente y activo en cada situación que enfrentamos.
La próxima vez que la ansiedad te golpee, recuérdate a ti mismo esta verdad: Dios cuida de ti. No tienes que llevar solo el peso de tus preocupaciones. A través de la oración y la fe, puedes entregar tus cargas a Dios y experimentar la paz que solo Él puede dar. Él no solo te escucha, sino que está actuando a tu favor, incluso cuando no lo puedes ver.
Oremos:
Padre amado, vengo ante Ti hoy cargado de preocupaciones y ansiedad. Te pido perdón por las veces que he tratado de resolver todo por mí mismo, sin confiar plenamente en Ti. Hoy quiero poner mis ansiedades en tus manos, porque sé que cuidas de mí. Ayúdame a descansar en Tu amor y a recordar que Tú estás en control de cada situación en mi vida. Gracias por ser un Dios cercano, que escucha y responde a mis oraciones. Llena mi corazón de Tu paz, esa paz que sobrepasa todo entendimiento. En el nombre de Jesús oramos, ¡Amén!
Tómate unos minutos para reflexionar en lo que acabaste de leer y piensa en todo lo que Dios puede hacer por ti. Luego de eso, haz la siguiente oración:
Oración de Fe:
Señor Jesús, te entrego mis ansiedades, mis miedos y mis preocupaciones. Confío en que Tú cuidas de mí y que puedo descansar en Tu amor. Hoy decido confiar en Ti, sabiendo que me guiarás y me darás la paz que necesito. Te acepto como mi Señor y Salvador. En el nombre de Jesús oramos, ¡Amén!